Comprometido con el desarrollo de la actividad

Entrevista a Martín Borbea Antelo, presidente de PAETAC

¿Notás que hay, a nivel general del país, un descrédito y un descreimiento por las instituciones?Sí. Creo que el mayor problema que estamos viviendo, sobre todo los argentinos, es un descrédito hacia las instituciones y los dirigentes. Ya la gente no cree en las instituciones, no cree en los dirigentes, no cree en la política, y lo digo por todos, no por un gobierno en particular. Hablo también de las instituciones privadas. Por eso, es difícil convencer a la gente de que hay dirigentes que tienen la intención de hacer algo genuino, totalmente distinto. Entonces, hay que demostrar que las entidades, al representar empresas, se comprometen a un gran desafío. Y esto implica una gran vocación de servicio para solucionar problemas y generar mejores condiciones para el desarrollo. Ese fue el compromiso que asumimos, con Walter Bo en la tesorería y yo en la secretaría de FADEEAC. En fin, una institución que represente empresarios y no dirigentes. En el fondo, es el objetivo de estas instituciones empresariales. Lamentablemente los tiempos fueron cortos. Realmente, se intentó hacer un cambio, pero dos años no alcanzaron, porque estuvieron signados por la pandemia a nivel global, y la cuarentena más larga del mundo a nivel de nuestro país. Ese año se trabajó estrictamente sobre un rediseño para enfrentar la nueva coyuntura. Hubo que reformular lo que había, y adecuarlo a los protocolos, las nuevas urgencias y las restricciones que limitaron nuestro accionar a nivel del país. Hubo que diseñar un nuevo orden de las cosas y el escaso tiempo del que dispusimos, no fue suficiente para absorber tantos cambios. Los inconvenientes fueron muchos, pero, por nombrar sólo alguno, recuerdo las engorrosas y largas gestiones hechas para poder liberar un tránsito entre una provincia y otra, un pueblo y otro. Esta es apenas una pequeña muestra entre tantas cosas que se lograron. En fin, un año para la gestión a nivel empresarial en lo conceptual, yo te diría que perdido, porque la realidad nos obligó a focalizarnos en solucionar problemas a los que nunca antes nos habíamos enfrentado. De todas maneras, de todo esto se aprende, y, en definitiva, se trabaja para mejorar, adecuándose a las nuevas urgencias. El segundo año del mandato, el 2020, fue un año en el que tuvimos que estar al pie del cañón, al lado de cada uno de los empresarios, e incluso al lado de cada uno de los transportistas, porque cuando creamos el Comité de Crisis, teníamos un canal de comunicación, un WhatsApp donde respondimos más de 25.000 preguntas, y esas consultas no las hacían los empresarios solamente, sino que, además, había preguntas de choferes y transportistas. En definitiva, era la tarea que había que hacer en ese momento, y eso fue lo que hicimos. Lamentablemente, el corto tiempo, no permitió seguir un plan, una línea de acción, y plasmar totalmente la intención que les comentaba al principio: acercar al empresario a la entidad. Sin embargo, conseguimos hacer un buen trabajo, atendiendo lo que consideramos prioritario en esa situación extraña y anómala para todos. En el marco de este nuevo orden de cosas, es justo tener en cuenta un detalle que no fue menor. En nuestra gestión de 2 años, tuvimos 2 gobiernos, o sea que el primer año tuvimos una administración nacional, y el segundo año otra administración general. En este escenario, resulta obvio que tampoco es fácil llevar a cabo una gestión, cuando teníamos que hacernos conocer y gestionar con un equipo determinado, y un año después, ese equipo era reemplazado por otro, con lo cual hubo que comenzar nuevamente la tarea de acercamiento desde el principio. En ese cambio, muchos planes quedaron lamentablemente truncos, porque el nuevo equipo llegaba con su propia impronta, y quizás tenía otros objetivos, lo cual terminaba atentando contra la posibilidad de establecer una estrategia de gestión que pudiera mantenerse en el tiempo.

¿Qué futuro visumbrás para PAETAC?
Para PAETAC veo lo mismo que vengo viendo desde hace 18 años, los años que llevo de socio, y miembro desde hace 16 de la Comisión Directiva. Para nosotros, la premisa fue trabajar, y gestionar todo lo que podamos en favor del empresario. El objetivo siempre fue la empresa. Tratar de encontrar y acercar todas las soluciones posibles. Sinceramente trabajamos muy duro, aunque, a veces, la tarea es algo ingrata debido al gran descreimiento en las instituciones. Pareciera que acá, pagaran justos por pecadores, entonces es muy difícil hacer cosas que logren comunicarse y así acceder a esas personas. Esto es algo que estamos viviendo todas las instituciones, las buenas, las que están por el buen camino, y por supuesto, las malas, que son las que hacen que todo esto vaya para atrás. Pero PAETAC es lo que es. Tiene una esencia. Se trabaja todo el día para resolver los problemas que tenemos en común. Justamente ahora hay un problema grave en el puerto Buenos Aires, que no es algo nuevo, sino algo histórico. La operación portuaria se está haciendo cada vez más insostenible. Es trabajar día a día, tratando primero de solucionar, sobre todo las cuestiones operativas, hablando con una terminal, con la otra, intentando solucionar esos problemas operativos, y tratando de ver si, de una vez por todas, se puede hacer alguna una gestión a largo plazo para que Argentina tenga un plan para el puerto de Buenos Aires, Dock Sud, la Plata y Zárate. Necesitamos un puerto de contenedores, integrado con una política de largo plazo. Un plan estratégico para beneficiar al país.

¿Cómo definirías la problemática del puerto? ¿No hay inversión? ¿Se estructuró mal? ¿Es un mal endémico la forma en que se administran las cosas en nuestro país?

Cuando hablamos del puerto de Buenos Aires nos tenemos que remitir, por supuesto, a más de 300 años de historia. El puerto de Buenos Aires siempre fue un puerto conflictivo. Atrajo muchos intereses, incluso hubo guerras civiles históricas por el dominio del puerto Buenos Aires, que era desde donde salían todas las cargas y las producciones argentinas. Pero sin irnos tan lejos, yo creo, y sigo sosteniendo, que cualquier cosa que se hace en la vida tiene que hacerse con un plan. Si no hay un plan, no se puede llevar nada delante, y eso es lo que yo veo que sucede con el puerto de Buenos Aires. Y cuando digo puerto de Buenos Aires, entiéndase que estoy refiriéndome a todo, ¿no es cierto? Me refiero a Dock Sud, La Plata, Zárate, Campana. O sea, a todo el sistema de puertos de contenedores del país. Creo que no hay un plan para el puerto. Y sin plan, no hay una estrategia, y termina siendo una suerte de “sálvese quien pueda”, que es lo que termina ocurriendo en general, a partir de la tendencia a la improvisación que tenemos los argentinos. Tratamos de salvarnos como podamos, y no nos fijamos en lo que pasa alrededor. No seguimos un plan o una guía con un objetivo claro. El empresario quizá entiende mejor lo que digo, porque, en cierto modo tiene un plan y cuando un emprendedor encara una empresa o cuando tiene una empresa, es alguien que se levanta todos los días sabiendo adónde quiere ir, a qué quiere llegar, qué quiere tener. Nosotros entendemos esto muy bien. Ahora en el puerto Buenos Aires sólo hay intereses, muchas veces contrapuestos. Cada una trata de cuidar su interés y si puede agrandarlo lo agranda, sin fijarse a quién perjudica en el camino. El panorama es muy complejo y hay muchos actores en el medio en esta cadena. Volvemos a lo mismo, al “sálvese quien pueda”, y lamentablemente, el transportista, que es el que la trabaja todos los días, el que lleva y saca las cargas del puerto, es el que sufre todas estas consecuencias, la falta de planificación, falta de orden, falta de fiscalizaciones. Esta es una situación que la sufrimos todos. Dentro de todo, nosotros como transportistas, tratamos de invertir todo el tiempo, pero simplemente para mantener nuestro trabajo. Cada vez que podemos, compramos más vehículos, y tenemos más semirremolques que tractores, justamente porque nos quedan los contenedores arriba. No podemos devolverlos porque, al estar todo parado, no hay turnos.  Entonces terminamos haciendo tareas que no nos corresponden, como bajar los contenedores a piso. Y esto lo hacemos a pesar de las limitaciones que se nos imponen. Y si no somos más eficientes, es, simplemente, porque el sistema, así como está diseñado, no nos lo permite.

¿Cómo sería un puerto medianamente eficiente?

Cuando se habla de un puerto eficiente, uno siempre piensa en su última partida de contenedores. Un puerto eficiente implica que la cadena de ingreso y salida de mercaderías sea fluida, ágil, que no se abarroten los contenedores, que no haya contenedores vacíos dando vueltas por cualquier parte y ocupando espacios que son necesarios para otras operaciones. El buen manejo del puerto es todo, no únicamente del portón hacia adentro, como digo siempre. El puerto es una cadena que debe permitir y propiciar que un exportador verifique su exportación, que la misma llegue al puerto, y que pueda dejar su contenido sin que tenga que esperar, a veces varios días, para dejarlo, a pesar de tener turnos asignados. O sea, el puerto es todo. No es solamente el cargar y descargar un barco. Es mucho más que eso. Por eso, yo creo que acá nos debemos una discusión. Vos y yo accedimos a las actas de PAETAC de hace muchos años, y leímos que estos problemas que hoy tiene el puerto de Buenos Aires, son muchos de los problemas que persisten desde hace muchos años. En algunos puntos no hemos avanzado, y por eso, 80 años después, seguimos discutiendo las mismas cosas y seguimos enfrentando los mismos problemas. Esto muestra claramente, que son cuestiones y errores sistemáticos, o sea que no se modifican, no se cambian.

Encima, para convivir y hacer una operación medianamente rentable ¿no te parece?

Por supuesto. Ese es el gran problema. Hay muchas cuestiones que tomamos como naturales y no lo son. Algunos me dicen que esas cosas siempre fueron así, que no van a cambiar nunca. Pero yo me resisto a pensar eso, o a aceptar eso, porque si acepto que las cosas funcionaron mal y que siempre tienen que seguir funcionando mal, nunca vamos a intentar modificarlas, nunca van a mejorar. Si pensamos que hay gente que cree que las cosas se pueden cambiar, que trabaje y que planifique para que eso sea así, y si no hay otras personas que atentan contra eso, hay una oportunidad de mejorar.  Porque la verdad es que estar una semana parado en el puerto de Buenos Aires, por todo tipo de protestas por ejemplo, nos causa un daño tremendo.

¿Cómo ves a PAETAC? ¿Hacia donde va institucionalmente?

PAETAC va hacia el mismo lado que fue siempre, o, por lo menos, desde que yo recuerde. El tema es que los tiempos van cambiando, y los requerimientos, las exigencias, las necesidades, también van cambiando.  Institucionalmente PAETAC es una entidad muy importante, que tiene una impronta muy particular. Lleva 127 años de vida, y ahora en octubre cumple 128 años. Esto no es producto de la casualidad. PAETAC tiene un plan. En este momento estamos llevando adelante el tema del cooperativismo, haciéndonos cargo de la Cooperativa Diesel, entidad de sumo prestigio fundada por Don Rogelio Cabalieri Iribarne, Don Víctor Galeano y Don Hugo Baldasarri, entre otros destacadísimos dirigentes del sector. Estamos entonces todos juntos. Los socios de PAETAC van a conseguir beneficios para todos en la compra de insumos y servicios, para los empresarios, y para los transportistas.

Qué bueno poder llevar la bandera de una cooperativa con un nombre que tiene una trayectoria impecable, y que gracias a la gestión y a la decisión de PAETAC se puede volver a poner en marcha al servicio del transportista.

Sí, eso pasa justamente porque lo sabemos, porque conocemos el valor de la historia, y sabemos lo que significa tener 128 años para una institución. En el caso de la cooperativa, también, lamentablemente con el paso de tantos años, sus socios fueron poniéndose grandes, y algunos fueron dejando sus actividades, y la verdad es que era una pena perder una cooperativa que fue emblemática para nuestro sector, y además, con tantos dirigentes que fueron dirigentes de FADEEAC también. Esto de gestionar, de no dejar que se pierdan en el tiempo cosas que realmente son importantes, fue nuestra idea. Así que decidimos, con un grupo, volver a ponerla en funcionamiento. Para volver a trabajar, volver a esa impronta y recuperar esos objetivos que tiene la cooperativa, que resultan beneficiosos para todos los transportistas. Yo siempre digo que, a veces hablo del lado del dirigente, y generalmente siempre le hablo al transportista o al socio como si fuera otra persona. Porque, en definitiva, soy su amigo también, porque yo estoy sentado en una oficina ahora trabajando, y todos los dirigentes, vos sabés Mariano, que todos lo que integramos la comisión directiva de PAETAC, de la Cooperativa y de la Fundación estamos trabajando para el bien de todos.

Eso también iba a preguntarte. Los objetivos, la toma de decisiones. Se advierte que hay una impronta de crecimiento, un impulso por buscar nuevos horizontes, ofrecer más servicios. Contame un poco sobre la Fundación, y sus objetivos.

El objetivo de la Fundación es un poco lograr el profesionalismo del desarrollo de nuestra actividad. Cada vez nuestra actividad se hace más compleja, se hace más profesional, se cambian paradigmas, como en el tema de la energía. No es un dato menor que hoy estemos debatiendo, cómo hace casi 70 años, la matriz energética de nuestro vehículo de carga. Y vuelvo con lo que te contaba antes, Mariano: vos y yo leímos las antiguas actas de PAETAC, y leímos las discusiones que se armaban cuando se produjo el cambio de energía, cuando se cambió de la tracción a sangre del caballo, a la tracción mecánica a través del combustible, y hoy del gasoil ¿no? Primero se utilizó la nafta, y más tarde el gasoil. Y ahora estamos ante una situación similar. Ahora se viene otro cambio y nos toca enfrentarlo, discutirlo e implementarlo. Es a nuestra generación a la que le toca pasar del gasoil a otra energía. A una energía renovable, que contamine menos, que sea más sustentable, y que, en estos tiempos en los que debemos cuidar un planeta que está bastante dañado, estemos a la altura de las cosas.  En ese aspecto, nuestra actividad, es una actividad bastante complicada que trae un gran perjuicio. Hay que trabajar. Estamos obligados a trabajar en eso, y aparte, las instituciones están para, no solamente defender intereses, sino también para generar contenidos, buscar conocimientos y adoptar y adaptarse a las nuevas tendencias. Hoy, los conocimientos no son de nadie, sino que son de todos. Todos tenemos que estar aportando lo que podemos. Por eso, contestando tu pregunta, te digo que el objetivo de la Fundación, es eso. Es tratar de implementar los cambios que creemos beneficiosos para nuestro trabajo, y poder brindarle al país y al mundo, lo mejor que podamos ofrecerle desde nuestro sector. //