
SUPERTRUCK
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El bus eléctrico más largo del mundo en configuración biarticulado para 250 pasajeros ya se fabrican en Brasil de la mano de Volvo Trucks & Buses.
El primer bus de Volvo se construyó en Suecia en 1928. Hoy, a casi 100 años de este primer paso, los chasis de la marca lograron conquistar el mercado global al estar siempre a la vanguardia en este sector que tanta seguridad y confort demanda, incluso aquellos modelos que salen de la planta de Brasil.
En este centro modelo, la sueca comenzó a fabricar buses en 1979, siempre con espíritu innovador. Incluso antes del surgimiento de la electromovilidad, la marca sorprendió al presentar los primeros buses híbridos de la región, que operan en Curitiba desde hace más de diez años, y los buses gigante biarticulados, que convirtieron a la marca en una referencia mundial en BRT (bus rapid transport).
Hoy, tras una inversión de 1.500 millones de reales, la operación brasileña de Volvo está celebrando un momento histórico, ya que la fábrica de Curitiba, en Paraná, acaba de iniciar la producción del bus eléctrico más largo del mundo y el primer biarticulado de la marca a nivel global.
Con cero emisiones de CO2 y niveles de ruido muy bajos, estos buses gigantes en versiones articuladas (dos chasis) y biarticuladas (tres chasis) se fabricarán exclusivamente en Sudamérica, convirtiendo a Volvo en el único exportador de este tipo de vehículos en todo el mundo.
Con 28 metros de largo y capacidad para hasta 250 pasajeros en los biarticulados, el bus eléctrico más largo del mundo pertenece a la gama BZRT de Volvo. Son vehículos altamente eficientes, capaces de transportar la misma cantidad de pasajeros que un metro, pero con costos de implementación y operación mucho menores, y con el mismo beneficio de cero emisiones.
Toda la nueva gama del bus eléctrico más largo del mundo BZRT responde a vehículos 100% eléctricos, equipado con dos motores de 200 kW cada uno, que suman un total de 400 kW, equivalentes a 540 CV, y se acoplan a una caja de cambios automatizada de dos velocidades, basada en la transmisión Volvo I-Shift.
Ambos impulsores están situados en la parte central de la plataforma, debajo del piso, lo que garantiza una mejor distribución del peso y un equilibrio dinámico. Las baterías, por su parte, también se ubican debajo, lo que permite carrocerías con habitáculos completamente espaciosos. El chasis puede tener hasta ocho baterías, con una capacidad total de 720 kWh. El tiempo de recarga varía entre 2 y 4 horas, dependiendo del tipo y potencia de la estación de carga.
“Combinamos los atributos de nuestros autobuses convencionales articulados y biarticulados, reconocidos mundialmente, con las ventajas de la tecnología eléctrica más avanzada del Grupo Volvo. Utilizamos el mismo chasis, ejes, dirección y suspensión extremadamente robustos y de alta capacidad que equipa nuestro vehículo biarticulado tradicional. Es una configuración que garantiza calidad y fiabilidad”, afirma Alexandre Selski, director de electromovilidad de Volvo Buses en América Latina.
En línea con la visión de Cero Accidentes de Volvo para el futuro de sus vehículos, el bus eléctrico más largo del mundo está equipado con dispositivos de seguridad activa avanzados. Entre ellas se incluyen cámaras para detectar situaciones peligrosas que el conductor no pueda prever, así como sensores frontales y laterales en puntos ciegos para proteger a peatones, ciclistas y otros usuarios de la vía.
Los modelos también cuentan con sensores de señales de tráfico, con avisos en el panel de instrumentos para identificar señales y detectar el límite de velocidad en las carreteras. Otro punto destacado del bus eléctrico más largo del mundo es Volvo Dynamic Steering (VDS), un sistema que controla la dirección con altísima precisión, mejorando significativamente la precisión y la estabilidad de los autobuses, además de reducir la tensión en los hombros y los brazos de los conductores.