El fabricante ruso Kamaz reemplaza sus insumos europeos por componentes mayoritariamente chinos en el camión 54901, buscando sortear sanciones y mantener la producción que reinició en 2023.
La marca rusa Kamaz, símbolo tradicional del transporte pesado en Rusia desde los años 70, atraviesa un momento de reconversión profunda. Tras las sanciones impuestas por Occidente después del conflicto en Ucrania, la compañía debió replantear su estrategia industrial para asegurar su continuidad en el mercado.
Poco antes del estallido, Kamaz colaboraba estrechamente con la alemana Mercedes-Benz, dando como resultado el camión para servicio pesado 54901 nacido en 2017, que incorporaba ejes y cabinas del Actros, un motor desarrollado con Liebherr y una caja de cambios suministrada por ZF.
Pero el mercado global cambió radicalmente: con la caída del abastecimiento europeo, Kamaz decidió rediseñar su proceso productivo hacia un esquema más autosuficiente, con fuerte dependencia de proveedores alternativos.
Kamaz 54907 Hi-Tech, el camión que revive a la marca imbatible en el Dakar
Teniendo en cuenta lo sucedido tras las trabas de componentes, surge inevitablemente la siguiente pregunta: ¿Cómo sobrevivió el camión a las sanciones impuestas en estos últimos tres años y con qué socios logró modernizarse? La respuesta es simple y lleva una sola palabra: China.
Tras el estallido de la guerra, la cooperación de Kamaz con Mercedes-Benz finalizó. La empresa alemana vendió sus acciones que tenía en la compañía rusa y, simultáneamente, dejó de suministrar sus componentes. Otros socios occidentales, como ZF y Wabco (sistema de frenos), siguieron el ejemplo. Así fue que la producción del 54901 se suspendió de inmediato y su reanudación se anunció solo unos meses después, en la primavera asiática de 2023.
Este regreso a la producción se logró con la ayuda de subcontratistas chinos. La caja de cambios ZF dio paso a una Fast Gear, el eje motriz Mercedes se sustituyó por un eje Hande y los frenos Wabco, de fabricación estadounidense y alemana, se reemplazaron por frenos SORL.
También se incorporaron varios componentes chinos a los auxiliares del motor, aunque la base se mantuvo sin cambios gracias a la colaboración con Liebherr. Así, Kamaz demostró contar con recursos suficientes para continuar su producción. La cabina derivada del Actros también se mantuvo, aunque se reemplazaron muchos componentes, encontrando equivalentes chinos o rusos, lo que incluyó elementos como los colchones de las camas.
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Pese a las inclemencias, el Kamaz 54901 sigue más vigente que nunca, tanto que días atrás se anunció el estreno de su renovada generación, apodada Hi-Tech. Este nombre elocuente hace referencia a dos sistemas electrónicos incorporados al modelo en cuestión.
Esta denominación se basa en la incorporación del control de velocidad crucero, que mantiene automáticamente la distancia con el vehículo precedente, y un sistema automático de frenado de emergencia. Además, la nueva versión está disponible con un retarder hidráulico, al mismo tiempo que la potencia de su motor pasó de los 450 caballos originales a los 560. Vale destacar que este bloque se sigue desarrollando en colaboración con Liebherr.
La cabina también sufrió algunos cambios, y es ahora menos Actros que antes. Si bien mantiene parte de su línea, tras la modernización fue despojada de las extensiones de las puertas que cubrían los escalones. Al parecer, resultaban demasiado problemáticas durante el ensamblado.
Por último, vale la pena destacar por qué desde Kamaz está tan interesados en modernizar su buque de larga distancia. Y esto surge como una respuesta a la intensa competencia de las marcas chinas, que arrasaron en el mercado ruso de camiones en la segunda mitad de 2022, no solo llenando el vacío dejado por los siete grandes fabricante europeos, sino también robando clientes a los fabricantes locales.
Según informan medio rusos, ya se ensambló un lote de 20 unidades de la gama Hi-Tech del 54901, con otras 15 programadas para diciembre.
